El gobierno de El Salvador, encabezado por Nayib Bukele, devolvió a Venezuela a 252 ciudadanos que habían sido deportados por Estados Unidos en marzo y retenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), en el marco de un histórico canje que incluyó la liberación de 10 estadounidenses y un número no revelado de presos políticos venezolanos. Los migrantes llegaron a Maiquetía, Venezuela, donde fueron recibidos por el ministro del Interior, Diosdado Cabello, en medio de denuncias de abusos sufridos durante su estadía en territorio salvadoreño.
El acuerdo fue confirmado tanto por Bukele como por el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio. “Hemos llevado a cabo este intercambio a cambio de un número considerable de presos políticos venezolanos, personas que el régimen había mantenido en sus cárceles durante años, así como de todos los ciudadanos estadounidenses que tenía como rehenes”, indicó el mandatario salvadoreño. Según fuentes del Departamento de Estado, con esta operación ya no quedan estadounidenses detenidos por el régimen de Nicolás Maduro.
El canje fue negociado en silencio durante semanas, tras intensas presiones de la administración de Donald Trump, que también impuso recientemente un arancel adicional del 50% a las importaciones brasileñas y criticó a gobiernos aliados de Lula y Maduro. Entre los venezolanos repatriados figuran migrantes que habían sido acusados de pertenecer al Tren de Aragua, considerado por EE.UU. como organización terrorista, aunque abogados y activistas denunciaron que muchos fueron arrestados sin pruebas suficientes, como parte de una política migratoria de línea dura.
El canciller venezolano Yván Gil afirmó que “Venezuela ha pagado un alto precio para conseguir la libertad de estos connacionales”. Aunque no se revelaron oficialmente los nombres de los estadounidenses liberados, el Departamento de Estado divulgó una fotografía del grupo. La operación abre un nuevo capítulo en la tensa y ambigua relación entre Washington y Caracas, donde el pragmatismo parece imponerse sobre las ideologías en favor de intereses políticos, migratorios y geoestratégicos.